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"EL VUELO DE LOS CÓNDORES "

EXTRACTOS DEL LIBRO

–En el año de los cuculíes Cotahuasi, capital de la provincia de La Unión era un pueblo apacible, los maizales y trigales reinaban en las andenerías de la mayoría de los pueblos de La Unión, en las afueras y casonas del pueblo se podían ver muchas torcazas y cuculíes buscando granos o pequeñas piedras, el tranquilo pueblo no presentía la tragedia de  guerra y odio que los Coca Jawac habían predicho desde los tiempos de la llegada de los españoles al territorio del gran cañón. En esos años, eran tiempos donde los chalanes cotahuasinos paseaban orgullosos por las pequeñas calles empedradas en sus briosos caballos, grandes sombreros de macora distinguían a los de la élite capitalina, los niños jugaban persiguiendo cuculíes y torcazas con sus “hondas” de jebe  y piedra, otros iban a pescar al río.  Enormes puertas de madera con aldabas de bronce y cobre distinguían las viviendas de la aristocracia del lugar. Eran tiempos de bonanza y paz, la lluvia empezaba en diciembre y enero, en febrero la caída era apoteósica, en abril las clases escolares se reiniciaban, eran otras épocas, otros tiempos en el territorio del gran Cotahuasi, el vino dulce de Chaucalla se conseguía a sol la botella, el pisco de uva del valle competía con el de Majes, los productos chatarra comenzaban  a invadir toda la provincia, el territorio del cañón se distinguía por su productos orgánicos.

 
-La historia de amor jamás contada. Colegio Orbegoso. Cotahuasi…..pág.…19

Tanta frustración por la explotación minera, por la condición servil del llamado indio, por el engaño, latrocinio, apropiación de tierras, el abuso sobre el pueblo quechua sobreviviente terminó por desangrar el Hatun Ayllu. La muerte de los Mistis fue anunciado por el Coca Jawac (adivino). “Muerte a los Mistis abusivos –Habló  la Coca”. El Chamán quechua fue consultado en su pequeña choza de piedra e icho. Los quechuas estaban decididos, el ataque empezaría después de la fiesta patronal aprovechando la presencia de los Mistis y demás quechuas que irían  hasta Kollana, la capital de Hatun Ayllu, a visitar al patrón. El Apu Romualdo Huallpa Acapana ordenó el asalto a las viviendas de los Mistis al día siguiente del ultimó día de fiesta.

Tiempos de paz, tiempos de sufrimiento, tiempos de guerra  …..pág.…31

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–Los  pobres de este territorio sobrevivimos como si hubiésemos perdido la guerra, ni siquiera sabemos si hubo alguna guerra, subsistimos como si fuésemos los derrotados, no recordamos haber firmado alguna rendición. –con estas palabras el Apu Mayor el gran Marcial Acapana Sumacjari se dirigió a los pobladores de Hatun Ayllu. Los Apus reunidos asentían con la cabeza en apoyo al Apu Mayor, mientras el Apu continuaba hablando. 
–Nuestros pueblos están arruinados, nuestro sistema agrícola destruido, vivimos en pequeñas chozas de barro y piedra, cubiertos de extrema pobreza, nuestros cultivos se secan por falta de agua, nuestras familias están deshechas, el demonio del alcoholismo reina en nuestro territorio.
–Nadie se ha dado cuenta de la guerra, ni de que fuimos traicionados. Dicen que fue una guerra invisible. Primero fueron los conquistadores con un estado altivo y brutal que sojuzgó a nuestro pueblo con tributos y trabajos forzados, luego los curas con su religión idólatra y  fiestas  paganas, continuaron las mafias del alcohol, después fueron las traiciones de aquellos que decían ser nuestros abanderados, aquellos que con demagogia nos mintieron, los que llegando al poder nos olvidaron, los políticos, autoridades, los líderes de los llamados grandes partidos que traicionaron la confianza de los pueblos, los que traicionaron a su raza, todos aquellos que se enriquecieron gracias a nuestra pobreza, aquellas autoridades del más alto nivel que conociendo nuestra situación jamás hicieron algo para cambiar el curso de la guerra, aquellos que teniendo el poder en sus manos nos ignoraron, haciéndose los sordos mudos y ciegos.
–Ahora nos tratan como si fuésemos los perdedores de alguna extraña guerra, sin equidad en la educación, sin pan para nuestros hijos,  sin trabajo, sin acceso a la salud primordial, ellos los que creen que nos han ganado la guerra nos quitan dignidad, nos hacer vivir de limosnas y dádivas y como el más grande atropello a nuestra esencia de vivir nos han alcoholizado para continuar en esta inercia humillante.
–Nosotros los pobres no tuvimos armas para defendernos, no fuimos invitados a ninguna batalla, sin ningún aviso de guerra nos lanzaron las bombas de la ignorancia, bombas de pobreza, bombas de desnutrición, bombas de alcoholismo, dejándonos en la miseria. A pesar de las bombas destructivas, nuestros pueblos han logrado sobrevivir con los problemas que estamos mencionando.

La guerra del alcohol…pág.….36
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Las pequeñas vicuñas olfatearon el ambiente, el macho dominante miró receloso a todos lados mientras la manada tomaba agua en el arroyuelo que fluía del puquial hacia el pastal de icho. En el cielo de la inmensa moya se escuchó un disparo, varios disparos, las vicuñas cayeron al suelo fulminadas por el disparo de los fusiles, el eco de los disparos se repetía en la fría tundra andina a más de 4000 metros de altura, gigantescas rocas labradas por el viento y la lluvia, blancos nevados eran testigos del drama en la llanura de frío y nieve, de soledad, de tempestades, en el reino del puma; el borrascoso viento soplaba con furia como protestando ante el salvaje depredador humano que se ensañaba con el poder del fuego ante la inocencia de la grácil lanera.

– El sol con todo su esplendor brindaba su solemnidad desde muy temprano en la inmensidad de las alturas, la frígida mañana se calentaba con los primeros rayos del padre Inti (sol) de los Incas oriundos de las alturas del gran Cañón, el cielo del aquel mundo besaba cada espacio de terreno en la lejanía, más allá los grandes Apus dominaban su territorio. De pronto el silencio invadió la moya, los Apus parecían callar, en las cercanías al puquial numerosas vicuñas se acercaban lentamente al bebedero sin imaginar el drama que se avecinaba. Uno de los machos que encabezaba la manada caminaba nerviosamente tomando la  delantera, el viento todavía no soplaba, en el azulado cielo el sol empezaba a brillar, las vicuñas uno por uno comenzaron a beber el agua del pequeño  manantial, más allá a pocos metros unas sesenta vicuñas esperaban su turno. De pronto el silencio se rompió, los cazadores empezaron a disparar, las vicuñas corrían en todas direcciones, pero los cazadores estaban situados en sitios estratégicos, una a una empezaron a caer, los machos, las hembras y las más pequeñitas. Ninguna de las vicuñas se salvó. Inmediatamente después de matarlas, con velocidad programada los cazadores empezaron a despellejar a las indefensas vicuñas en cuyos ojos todavía se reflejaba el terror. En menos de tres horas las vicuñas fueron despellejadas, para luego la parte que contenía la lana ser envuelta y subida a las mulas que los cazadores habían traído. Después de la masacre los cazadores tomaron el camino que ya conocían, iban todos juntos, con la alegría reflejada en sus rostros por el éxito de la operación. En el cielo un grupo de cóndores daban vueltas alrededor del resto de las vicuñas muertas, los cazadores siguieron caminando como si nada hubiera sucedido. Los alpaqueros se retiraron del lugar después de haber sido testigos de la masacre, ellos no pudieron hacer nada en defensa de las vicuñas debido a la inferioridad en número y en armas, los alpaqueros  contaban con hondas y “huaracas”,  los que difícilmente les servían ante los cazadores.

Los depredadores……pág. 53
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La leyenda cuenta que en el inicio de los tiempos vivían los Apucóndores, quienes reinaban en los cielos y montañas, en ese tiempo la tierra era árida, los desiertos se extendían en lo que eran las mesetas y verdes moyas actuales, no había agua y las lluvias eran escasas. En ese tiempo los cultivos eran precarios en las deslumbrantes altitudes del frío, del viento y las devastadoras heladas. Entonces los Apucóndores escarbaron las montañas y aparecieron cientos, miles de puquiales que dieron origen a las manantiales que bajaban de los nevados, las lluvias se incrementaron, los pastos crecieron y los bosques se multiplicaron, los cerros se juntaron en blancas cordilleras, surgiendo los nevados.  Los pobladores en agradecimiento edificaron sus pueblos bajo el territorio de los cóndores, gigantescas andenerías se construyeron bajo los acantilados, en las faldas de los cerros por donde fluían los manantiales de agua.

La guerra del agua….pág.  46

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En sus inicios vientos de lucha soplaron hacia Cotahuasi desde las alturas de los nevados Solimana, Huayllamarca, Ecma, Huanzo, Aicano, Sacsara, Ccaisampo, Cóndor Sayana, Llomachoka, entonces el Cotahuasi explotó con el levantamiento de sus Apus Quechuas en contra de la depredación y contaminación de su territorio sagrado.

La guerra de los Apus del Cotahuasi…..pág.…64

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Antecedentes

El territorio del Cotahuasi, escondido por muchos años entre las inmensas cordilleras sudamericanas del Wanzo y el Igma, un espacio resistente al tiempo, luchaba por conservar su ambiente natural, en este territorio en contraste a los rascacielos de las grandes ciudades, desde la profundidad de su cañón surgen gigantescos edificios de roca y piedra, pura naturaleza, piedra sobre piedra, roca sobre roca, toda esta maravilla acompaña al milenario río Cotahuasi,  cual muralla petrificada,  en la mayor parte de su recorrido; en contraste a los aviones de fierro y petróleo, el cielo es dominado por el silencioso cóndor; en vez de las grandes avenidas y carreteras, toda la región está unida por antiguos caminos Incas, las casas y habitaciones pequeñas, de paredes de adobe, con techo de icho, teja y calamina; no tendrán la magnificencia y lujos de las mansiones millonarias de las grandes ciudades, pero son suficientes para protegerse del frio y la lluvia.  
En el Cotahuasi, a pesar de la pobreza se respiraba paz hasta que llegaron los depredadores, los que se hacían llamar desarrollo, modernidad, entonces cambiaron la dignidad por la humillación, la tranquilidad por el sufrimiento, la chicha por alcohol metílico, el maíz, la papa, la oca, el tarwi, la cebada, el trigo, la quinua por comida chatarra y  la paz por bombas de pobreza, ignorancia, desnutrición y alcoholismo. Las mafias de licor adormecieron la mente de los pueblos, mientras los comerciantes se hacían ricos.  Por otro lado, el territorio del Cotahuasi fue invadido por los que está en boga desde hace mucho tiempo, las grandes construcciones,  las autoridades dirigieron las inversiones hacia estos proyectos, se invirtió en fierro y cemento, mientras la población sufría hambre, con el pretexto del desarrollo, contaminaron los ríos, arroyuelos, depredando el territorio más hermoso de la tierra, a pesar de haber sido declarada Área Natural Protegida.
Por muchos años el territorio del Cotahuasi - Provincia de La Unión - fue considerado el de menor desarrollo en Arequipa, en el Perú y en el mundo. Este territorio de extraordinaria riqueza turística y ecológica se asfixiaba en la extrema pobreza, los diferentes gobiernos en todos los niveles marginaron, relegaron y se olvidaron de la existencia de esta provincia; los más afectados fueron los niños que sufrían y sufren sin comprender la desigualdad frente a sus análogos de las  grandes ciudades, la educación era terriblemente desigual, en muchos pueblos los jóvenes y niños  tenían que caminar dos horas de ida y dos de retorno para llegar a las escuelas o colegios secundarios, el nivel educativo sin las condiciones y sin el presupuesto necesario era pésimo en comparación a la  deficiente educación a nivel nacional, la pobreza de las familias no permitía apoyar a sus hijos, ni con alimentación necesaria ni con los útiles escolares, muchos niños abandonaron los estudios y se dedicaron al trabajo agrícola para ayudar a sus padres. En estas condiciones la subsistencia era lo primordial, subsistir o morir era el dilema.
Cotahuasi en los últimos tiempos sufrió la más severa crisis de su historia, mientras los gobernantes de turno declaraban al Perú como un país de alto crecimiento económico, entidades internacionales como UNICEF comparaban la desnutrición infantil de los pueblos de La Unión a la par que los niños de África y Etiopía.  El nivel de pobreza era uno de los más preocupantes de Arequipa, del Perú y tal vez del mundo. Muchos pueblos fueron abandonados por sus habitantes con la esperanza de un nivel mejor de vida. La mayoría de los gobiernos marginaron y se olvidaron de La Unión, los presupuestos a  nivel regional, provincial y distrital se dirigieron a obras de corto plazo, no hubo una inteligencia en ningún nivel para priorizar con presupuesto la agricultura,  ganadería y el turismo en términos de desarrollo consistente, sectores en el cual Cotahuasi tenía ventajas comparativas, “la paradoja de extrema pobreza en un territorio de tanta riqueza” -de extraordinarias condiciones turísticas por la presencia del portentoso cañón y el río Cotahuasi -se manifestaba fundamentalmente en los pueblos de las alturas como Sayla, Tauria, Puyca, Pampamarca, Huaynacotas, Charcana, Ayahuasi, Cahuana y muchos más. Estos pueblos fueron alcoholizados por las grandes mafias a vista y paciencia de las autoridades locales en los últimos cincuenta años.
Una evaluación simple de los últimos veinte o treinta años de gestión en La Unión sin lugar a dudas muestra resultados dramáticos como lo confirman las estadísticas: 85 % de pobreza en muchos distritos altoandinos, 50 , 60 y 80 % de desnutrición infantil crónica e irreversible, alcoholismo, abandono familiar, tierras deterioradas, devastadas  y abandonadas.
Con tanta pobreza, falta de equidad, con los niveles de desnutrición infantil, con tanto olvido, el descontento social era inevitable. Por años, décadas, las mafias que se enriquecieron con la venta de licor de pésima calidad adormecieron el pensamiento de los hombres, las familias lúcidas casi no existían, la sociedad unionense se dejó arrastrar al abismo, por muchos años no hubo un pensamiento lúcido que diera una luz para salir de la oscuridad, las autoridades en todos los niveles conocían el problema, todos se ocultaban en las nubes de la indiferencia e ignorancia.

CAPITULO I

Año de los deshielos – 2030 (Territorio del Cotahuasi)
COTAHUASI - RITI YAKU WATA - ISKAY WARANGA KIMSACHUNKANEYOC

En el año denominado “Riti Yaku Wata” (2030) el anciano de tez cobriza, canas blancas, piel arrugada      se levantó lentamente de su silla para mirar con tristeza el pasado y recordar  la grandeza de los quechuas en el más bello y profundo cañón del territorio del Cotahuasi, en el dominio de los cóndores. Aún podía ver en el río del tiempo  el correr de la diminutas vicuñas en las inmensas pampas de las verdes moyas de pasto e icho bajo la inmensidad de la hermosa laguna madre Huanzococha, de un color aún más azulado  que el mismo cielo del Cotahuasi; en sus pequeños ojos cansados por el correr del tiempo todavía podía ver el volar de los cóndores dando vueltas en círculos alrededor de algún animal muerto o alrededor de algún visitante que invadía sus dominios, aún podía recordar como los descendientes quechuas pescaban enormes y pequeñas truchas en las riberas del plateado y pacífico río Cotahuasi, en los fructíferos y verdes valles de los pueblos de Alca, Tomepampa, Taurisma,  Quechualla; aún podía ver como los pejerreyes y camarones luchaban para no dejarse atrapar por los campesinos del hermoso valle de Chaucalla, del más famoso vino dulce artesanal de la provincia, en su memoria todavía podía recordar el florecer de las hojas del K`antu y los verdes pastos que abundaban en cada pueblo de La Unión; en sus oídos aún se repetían como serenatas el dulce cantar de los cuculíes y pardales que abundaban en las viejas casonas y chacras del inmenso territorio del Cotahuasi. En el año denominado “Riti Yaku Wata” el territorio del Cotahuasi ya no era el mismo y no lo volvería a ser, la mayoría de los andenes y chacras  difícilmente servían para la agricultura, los pueblos habían sido abandonados, muchos arroyuelos se habían secado, los grandes árboles, eucaliptus, molles, pinos, sauces, alisos, habían desaparecido, como también desaparecieron los árboles frutales de los valles, difícilmente se podían encontrar paltos, viñales, y duraznales. De aquel territorio del gran   Cotahuasi rodeado por numerosos pueblos que como estrellas brillaban alrededor de su inmensidad solo quedaban recuerdos en la visión del anciano.  El gran Cañón del Cotahuasi reconocido por mucho tiempo como el más bello y profundo de la tierra, el que atraía a los turistas por sus cataratas y por su estado natural y agreste fue destruido por la invasión de los depredadores, entre ellos el mayor depredador, el hombre. La depredación fue como si una bomba hubiese destruido al gigantesco Cañón del Cotahuasi, con cerros llenos de huecos, con arroyuelos y ríos contaminados, sin la flora y fauna que le daba vida y belleza, con pueblos abandonados por sus habitantes, con andenería  desertada, con chacras sin cultivar, con casas destruidas, con poca población y con el más hermoso río contaminado y envenenado, el gran río Cotahuasi.
En el año “Riti Yaku Wata” el  territorio de La Unión compuesto por once pequeños pueblos capitales de los distritos y cientos de caseríos que en los últimos tiempos yacían abandonados por sus pobladores como pueblos fantasmas, vigilados por  milenarios Apus, de puentes colgantes y caminos incas, los que se resistían al tiempo; ya no volvió a ser el mismo.  
El anciano quechua se había retirado a las alturas del gran cañón, entre los glaciares y mesetas de nieve y frío, pocos quechuas lo siguieron en busca de tierras libres de la depredación y contaminación. El quechua miró con tristeza a los jóvenes de su ayllu quienes escuchaban con atención las historias que el anciano acostumbraba contar.
–Había una vez un gran territorio, el más hermoso de la tierra; en este territorio corría el río Cotahuasi con toda libertad, sus aguas eran limpias y cristalinas, no era un río muerto como lo es ahora, jóvenes, niños y muchos campesinos pescaban truchas con  facilidad. Había otros ríos como el Huarcaya, el Sumana, el Mungui, el Ocoruro, el río Arma, el Chichas, el Marán que se unían para formar el inmenso Ocoña.  Los ríos daban vida, alegría, eran otros tiempos, otras épocas –contaba el anciano quechua a los jóvenes que se sentaron para escucharlo –Cotahuasi  y los demás pueblos tenían un encanto mágico, de verde campiña, radiante sol, de majestuosos paisajes.  En las alturas del cañón vivían muchos pueblos quechuas sembrando y cosechando en las gigantescas andenerías como lo hicieron nuestros ancestros desde los tiempos antiguos.
El anciano miró la inmensa moya que yacía desértica, solitaria, las verdes yaretas que surgían en el camino habían desaparecido, el cielo cubierto de nubes negras difícilmente llovía. Los grandes nevados que surgían imponentes desde las colosales cordilleras habían perdido su hermosura, sin la blancura de sus gigantescos picos de nieve parecían montañas muertas.  
–Cuéntanos abuelo. ¿Qué sucedió? ¿Por qué dices que este territorio era el más hermoso de la tierra? –preguntaron los jóvenes. –Porque el territorio del Cotahuasi era diferente, en sus verdes moyas, a más de cuatro mil metros de altura cientos de vicuñas corrían formando manadas rojas  en las inmensas pampas. En esta zona vivían además las tarucas, vizcachas y los depredadores naturales, el puma, el zorro y muchos más.  
–Cada animal tenía su territorio, el hombre era parte de la tierra, de donde había nacido y a la tierra volvía, por ello amaba y respetaba el medio ambiente en su forma natural.
–En el cielo de este territorio los cóndores, hijos endiosados de los Apus daban vueltas vigilando a los seres vivientes. En los valles había vida, muchos árboles frutales, llenos de chirimoyas, guayabos, lúcumas, paltas, duraznos y principalmente la viña, del que los campesinos sacaban el vino dulce más preciado y codiciado de esta zona. En los andenes y chacras de los pueblos que vivían encima del cañón, los quechuas, sembraban todo tipo de comestibles, el maíz sagrado era el grano fundamental, había mucha papa, quinua, cebada, trigo, la oca, el tarwi.  Eran buenos tiempos, a pesar de la pobreza vivíamos felices – seguía contando el anciano.
El anciano quechua logró sobrevivir hasta el tiempo del “Riti Yaku Wata” en el que el Cotahuasi, el más hermoso territorio de la tierra, de encanto mágico, prístino, agreste y virginal, en el que un plateado río bajó desde inmensos nevados por miles de años, el río Cotahuasi que como lágrima nacía  en pequeños arroyuelos de vida, bañando en su camino muchos pequeños  pueblos circundantes, el río que formaba un fértil valle, que como una alfombra verde se extendía a lo largo de numerosos pueblos, el que con sus aguas daba vida a sus pobladores con truchas, camarones y pejerreyes en los valles más profundos, donde los campesinos, pequeños agricultores cultivaban la viña para obtener el vino en forma artesanal, el río sagrado de los Waris se había convertido en un río muerto.  En el año del  “Riti Yaku Wata” el gran territorio del Cotahuasi, de abundante vegetación, árboles frutales, inmensas moyas cubiertas de verde pasto en el que pastaban gráciles vicuñas se debatía entre la vida y la muerte a consecuencia de la depredación y contaminación.
–¿Qué sucedió abuelo? ¿Por qué cambio todo? –los jóvenes querían conocer la historia del antiguo Cotahuasi, de los tiempos de gloria, como decía el abuelo.
–Hubo una guerra, muchas guerras. Hubo tiempos de oscurantismo, de indiferencia, de pobreza.
–Antes de la guerra el territorio del Cotahuasi de extraordinaria riqueza turística y ecológica se asfixiaba en la extrema pobreza, los diferentes gobiernos en todos los niveles marginaron, relegaron y se olvidaron de la existencia del Cotahuasi; los más afectados fueron los niños que sufrían sin comprender la desigualdad frente a sus análogos de las  grandes ciudades. La extrema pobreza se manifestaba fundamentalmente en los pueblos quechuas de las alturas. Estos pueblos fueron alcoholizados por las grandes mafias a vista y paciencia de las autoridades locales en los últimos cincuenta años.
–Abuelo, cuéntanos. ¿Qué pasó con sus autoridades, con sus líderes, con las grandes familias?
–Por años, décadas, las mafias que se enriquecían con la venta de licor de pésima calidad adormecieron el pensamiento de los hombres, las familias lúcidas casi no existían, la sociedad unionense se dejó arrastrar al abismo,  las autoridades en todos los niveles conocían el problema; sin embargo como en todo el país, había corrupción, había indiferencia, no tuvieron una visión clara del futuro, pocos percibieron el desastre. Algunos ambientalistas advirtieron el peligro, no les hicieron caso.  
–Entonces, ¿Qué sucedió abuelo?
–En el año del cóndor, en el territorio del Cotahuasi germinó una lucha totalmente pacífica en defensa del medio ambiente, en defensa de la vida, del agua, de los ríos y en contra de la contaminación minera que se originaba en la explotación ilegal en las nacientes del río Cotahuasi y pretendía extenderse a lo largo del río con invasiones de los mineros informales, a pesar de que el territorio de La Unión había sido declarado un área natural y estaba protegida.
–La lucha en sus inicios se desarrolló en contra de las mafias que alcoholizaban a la población, los comerciantes inescrupulosos que rentabilizaban con el tráfico de alcohol metílico fueron los primeros en caer.  En La Unión surgió toda una tendencia en contra del alcoholismo, en los pueblos se formaron comités de lucha, se examinaba casa por casa para encontrar los lugares donde los comerciantes escondían el licor, se arrojaron al suelo cilindros de alcohol, se denunciaban a los malos comerciantes, fue una época dramática; después, la lucha se extendió en contra de la depredación del ambiente y la contaminación del río Cotahuasi.
–En sus inicios, en el año del puma, la lucha por la protección del medio ambiente fue pacífica, fueron pocos los que iniciaron la lucha, nadie quería la guerra, pero las autoridades de las grandes ciudades y el gobierno adormecieron a los dirigentes con reuniones y mesas de trabajo, mientras otras empresas mineras comenzaron a operar en distintos puntos del territorio, la depredación del medio ambiente fue dramática. La llegada de las empresas mineras generó y aumentó la marginación y el empobrecimiento de la provincia, la que ya era declarada como zona de extrema pobreza.  El abuso, el desplazamiento, la violación de los derechos territoriales, el deterioro ambiental, la contaminación de los arroyuelos y ríos, la depredación de la flora y la fauna se incrementó a niveles destructivos por la fuerte demanda de las mineras, muchas  especies  redujeron significativamente su número y otras se extinguieron como el cóndor, la vicuña, el zorro, el gato andino, el puma, la taruca y la vizcacha, especies que difícilmente se les podía encontrar, los que fueron casados y perseguidos sin que nadie los defienda.   En toda la región se quemaron arbustos y bosques, se talaron la mayoría de los árboles. La destrucción de los medios tradicionales de subsistencia,  el incremento de los precios de productos de primera necesidad, la venta indiscriminada de alcohol de tercera categoría empobrecieron aún más a la población y el alcoholismo se propagó a niveles alarmantes.
–Ante la depredación de su territorio, la pérdida de la flora y fauna, ante la contaminación y envenenamiento del río Cotahuasi y sus arroyuelos, ante la avalancha de cientos de  empresas mineras informales, en el año  del cóndor, desde las alturas del Cañón más profundo y desde los Ayllus más lejanos se levantaron los Apus mayores del territorio del Cotahuasi.
–El primero en levantarse fue el Apu Mayor del distrito de Puyca, que anteriormente pertenecía al territorio quechua del Cusco, desde la parte más alta del cañón, el hijo de los Apus Huashuamarca, Sacsara y Huinxhoquilca, el descendiente Wari, el gran Apu conocido como Sacsara convocó a un Cabildo abierto en el pueblo de Huactapa a todas las Comunidades del territorio de La Unión. El segundo Apu en levantarse fue el hijo de campesinos del Ayllu de Waman Sallka, en el territorio agreste, olvidado y marginado de los endiosados cerros Llomachoka y Sarasara, en los límites con la provincia de Ayacucho, quien convocó a un Cabildo a las Comunidades de Sayla, Tauría y Charcana, el cabildo se realizó a más de 3600 m.s.n.m. en la plaza principal, muy cerca de la histórica esquina llamada “Jato Calle” y Centenario donde los danzantes bailaron la danza guerrera llamada “kamate”.
–El tercer Apu en levantarse surgió desde las alturas y formaciones rocosas de Huito, bajo los endiosados Apus Huayllamarca y Chancahuaña, el Apu Chancahuaña convocó a los descendientes quechuas en el mismo Huito declarando en emergencia al Cañón del Cotahuasi.
–El cuarto Apu en levantarse surgió desde lo más profundo del Cañón del Cotahuasi, desde el sector denominado Ushua, en la profundidad máxima del cañón, en el valle del vino y la uva denominado Quechualla, bajo las faldas del Apu Solimana, el más grande Apu endiosado del territorio de La Unión.
–Así sucesivamente se levantaron muchos Apus: en el Ayllu Huaynacotas, en el Ayllu de Charcana, donde en el histórico cerro denominado Caisampo realizaron el pago a los Apus del Cotahuasi, en el Ayllu de Ayahuasi (Casa de Muertos), en el Ayllu de Cahuana (Mirador), en el Ayllu de Huillac (El que avisa) en Cachana, Quillunza, y demás pueblos de la Unión.
–La represión fue violenta, los gobiernos de turno apoyaron abiertamente a las empresas mineras; a los Apus los declararon conspiradores y traidores a la patria. Mientras tanto en la capital de La Unión,- Cotahuasi, la población apoyaba con paros sucesivos a favor de la defensa del medio ambiente del Cañón del Cotahuasi y en contra del establecimiento de empresas mineras.
–La Guerra de los Apus duró varios años, desde sus inicios pacíficos en el año del puma hasta el año de los cóndores.  El Apu Aicano cayó herido de muerte en los inicios de la lucha, ante este hecho sangriento cientos de campesinos y agricultores armados de picos, palas y trinches que habían ido hasta el lugar denominado Huarcaya explosionaron desalojando a la fuerza y expulsando a la empresa minera. La represión por parte del gobierno fue violenta y sanguinaria, en esa época murieron decenas de campesinos. Posteriormente el Apu Sacsara, el más grande Apu cayó a las aguas del río Ocoruro cuando era perseguido por las fuerzas policiales; en el mismo mes fueron capturados los Apus Chancahuaña y Solimana, ambos fueron transportados en forma brutal hacia Arequipa y llevados a prisión.
–La mayoría de los líderes quechuas y opositores a  la actividad minera fueron denunciados y procesados, también fueron tomado prisioneros Alcaldes, líderes de las comunidades campesinas, líderes estudiantiles y numerosos campesinos.
–La lucha fue cruenta y violenta por parte de aquellos que querían imponer a la fuerza el llamado desarrollo minero, los Apus del Cotahuasi lucharon por defender, proteger y preservar la vida, el agua, los arroyuelos, los ríos, la flora, fauna y todo el medio ambiente del más bello y profundo cañón, aquel que sus ancestros les habían legado incólume por cientos y miles de años; otros, los más fieros, depredaron el territorio, contaminaron las aguas, talaron los árboles y eliminaron sin compasión a los indefensos animales de las altas montañas y pampas del gigantesco Cañón del Cotahuasi; las empresas mineras con engaños y procesos inconsultos se adueñaron de las tierras y medios de subsistencia de los Ayllus quechuas, envenenando con alcohol metílico la sangre de los campesinos para adormecerlos. En la inmensidad de las desoladas y frías tundras alto andinas de la cordillera Sudamericana, de extensas y verdes moyas, en lo más alto de la tierra, entre el cielo y las montañas, la nieve se teñía de rojo; más allá, los Apus, milenarios nevados, miraban en silencio como un pacífico, agreste y saludable territorio se desangraba. Los endiosados cóndores se retiraron de sus dominios, las gráciles vicuñas desaparecieron, los fieros pumas deambulaban de pueblo en pueblo, de casa en casa como animales domésticos.
–La guerra de los Apus fue totalmente pacífica, tal vez ese fue el error, los vientos de la brutal guerra soplaron de las grandes ciudades, de un tirano totalmente equivocado, incomprensible y represivo.  Después de años de intensa defensa, el Cotahuasi miraba asombrado la destrucción de sus pueblos, de sus campos, de sus andenes, fundamentalmente miraba la destrucción de su dignidad, de sus derechos  de autodeterminación, del acceso a sus puquiales y arroyuelos  de agua limpia y cristalina, su derecho de vivir en un medio ambiente libre de contaminación.  En esos tiempos el poder y el dinero corrupto posiblemente corrieron como las aguas contaminadas de los afluentes del río Cotahuasi.
–Finalmente el poder económico, la compra de voluntades, autoridades y la represión de gobiernos increíblemente pro-mineros desangraron y destruyeron el territorio del Cañón del Cotahuasi, conocido como el más bello y profundo de la tierra.
–Abuelo ¿Hubieron traidores a la defensa del territorio del Cañón?
–Si los hubo, traidores fueron aquellos que vendieron su voluntad y apoyaron en forma implícita la actividad minera contaminante en el territorio del Cotahuasi, aquellos que por temor o intereses callaron y no dijeron nada, los temerosos y timoratos que debieron liderar el movimiento de defensa del medio ambiente y no apoyaron abiertamente la conservación y preservación del territorio sagrado, aquellos que de palabra dijeron que estaban en contra de las operaciones mineras, pero en la práctica no hicieron nada. En esta lucha los héroes fueron los campesinos, los agricultores, los que ofrendaron su vida por un ideal, aquellos que defendieron abiertamente el territorio del Cañón del Cotahuasi en contra de la contaminación de todo tipo y clase, los más grandes héroes fueron los Apus del Cotahuasi.
– ¿Quiénes eran los Apus quechuas abuelo?
Los Apus quechuas eran grandes líderes, eran los hijos de los inmensos nevados quienes fueron llamados por sus padres entre ellos el Solimana, el Huashuamarca, el  Sacsara, el Huinxhoquilca, el Llomachoka, el Huayllamarca, el Chancahuaña y muchos otros Apus.
–Uno de los más grandes Apus fue el hijo de los territorios quechuas de Puyca, bajo el nevado  Sacsara, quien inició la lucha haciendo un llamado a los demás Apus. Otro de los grandes fue el Apu Aicano quien murió al inicio de la lucha, su muerte desencadenó la guerra, este Apu fue llevado hasta su pueblo Willac donde fue enterrado con todos los honores por los demás líderes quechuas. Del territorio del Apu Llomachoka fue llamado su hijo quien tomó el nombre del mismo Apu. El Apu Chancahuaña se levantó en el mismo Huito uniéndose a los demás Apus en Huarcaya. En el valle surgió el gran Apu conocido como Solimana quien reunió a los campesinos quechuas que vivían en la parte sur del gran cañón. Muchos Apus acudieron al llamado del Apu Sacsara para unirse a la lucha en defensa del territorio del Cotahuasi.
–¿Por qué tanta tragedia para la sangre quechua abuelo? ¿Es como si hubiese estado  predestinado el sufrimiento de nuestros pueblos?
–La historia de los quechuas estuvo escrito en las estrellas desde hace mucho tiempo, nuestro gran padre el último inca cuando agonizaba ya había profetizado la caída  del imperio incaico; el destino quechua ya estaba trazado en el movimientos de las pléyades –dijo  el anciano, recordando con tristeza la historia que sus padres, y los padres de sus padres le habían trasmitido.
–El fin del imperio incaico fue ocasionado por un pequeño grupo de españoles que conquistaron un imperio de siete millones de habitantes, de guerreros fieros e invencibles que extrañamente cayeron ante un puñado  de aventureros. Los quechuas fueron sojuzgados con tributos y a la fuerza, luego vendría el asalto, pillaje y robo de la tierra de los descendientes quechuas, seguido por el oscurantismo religioso, el engaño, la mentira, y finalmente la alcoholización y explotación de nuestro pueblo.
–Las tierras de los quechuas fueron despojadas de sus verdaderos dueños, la imposición de otra cultura, de otra religión se hizo a la fuerza, de siete millones de quechuas, seis millones murieron, los sacerdotes incas, los danzac, los Coca Jawac y las Wanepagas fueron perseguidos y eliminados, destruyendo nuestra cultura, nuestras creencias, nuestra forma de vida.
Los jóvenes escucharon la historia del anciano quechua hasta muy tarde, en que partieron a dormir. Fueron muchas tardes y noches en que el anciano contó la historia del gran Cotahuasi, desde sus inicios con la llegada de los españoles al territorio de los quechuas, hasta la guerra de los Apus.  El anciano contó la leyenda de los principales Apus, de los ayllus quechuas. Finalmente en esos días el anciano cerró sus ojos,  el cóndor con las alas abiertas emprendía vuelo hacia el Hanan Pacha (cielo) llevando el espíritu del último descendiente del gran curaca La Cueva a la vía Láctea. El anciano en los últimos instantes recordó toda la historia del Cotahuasi, la tierra de los endiosados cóndores, de los grandes Apus, la historia de los quechuas.

Aníbal  Elliott  Villagomez
Tomado del libro "EL VUELO DE LOS CONODRES "

 

“ TRIBUTO AL  CAÑON  DE  COTAHUASI "

“De la hermosa laguna de Huanzo, al extenso valle del Ocoña,
desde mi corazón hasta  tus profundas raíces,
he de sembrar mis poemas en las entrañas de tus fértiles valles,
 he de hilar mis versos en el seno de tu incaico pueblo,
he de cantar con el silencio de tus grandes nevados,
mi agreste y andino Cañón…. de Cotahuasi”

De las estribaciones del Solimana y el Coropuna,
hasta el valle de los volcanes,
De la silvestre moya, a las anchas grietas rocosas,
De la escalofriante iconografía del Alto Sipia,
hasta lo más profundo del Ninacocha en el florido Quechualla,
el vuelo del Cóndor planeador me acompaña,
Cual dios de un enjaulado cielo,
Veloz vigía de las faldas cordilleranas,
Altísimas mesetas y montañas vírgenes,
…..y mas allá, en la inmensa profundidad, el gran Cañón,
donde el turbulento y caudaloso rió
fluye como lágrima desde los ojos del Solimana,
pintando el ande de un bello Edén.

Del oro fuerte al oro líquido naces, 
en lo más alto de la tierra,
como sueño, como nieve, como río,
serpenteando valles de vida, quebradas vírgenes,
regando estrellas, besando cielos.
¡HO DIADEMA! BRAMIDO DE DIOSES,
tú me llevas al hondo precipicio,
me arrastras, haces volar mi latido, paseas mi espíritu
por las venas de esta hondonada, juegas con mi vida,
y me das el placer de un mundo dormido.

¡HO SEMENTAL  INDOMABLE!
 ¡BROTE MITOLOGICO DEL ANDE!
¡IMPONENTE! ¡SOBERBIO! ¡SALVAJE!
Eres tú el más profundo Cañón,
GRAN SEÑOR DEL COTAHUASI ¡

En la helada meseta, incrustada en el ande,
al pie del fértil  Cotahuasi, allí está, allí vive,
el más ilustre hijo del ande volcánico,
el majestuoso y titánico Cañón
SEMENTAL DE SEMENTALES,
CAÑON DE CAÑONES.

Vena azul cristalina, andina y  milenaria, de colgantes  rocas,
fino abalorio en granizo líquido,
viejo abrigo de la fría meseta,
Àlveo misterioso de parsimoniosa soledad,
arada por el suspiro de los Apus,
tú te abres a la vida en labios vírgenes, en ansiedad,
como esperando la miel, del sol, del rió, del hombre,
para dar vida a esta escarpada profundidad.

Si milenario surco,
que despiertas en canto de voces profanas,
escribe tu nombre en la excelsa altiplanicie,
eleva tus alas hasta lo más alto de viejo cerro
donde yacen los milenarios Apus,
calma tu sed con la sangre de los grandes nevados,
arrastra las impávidas  rocas de las antiguas montañas,
siembra tu semilla en el dominio del Huanzo,
y así piedra sobre piedra, agua sobre agua,
río sobre río,
dibuja la serpenteante herida
en el cuerpo virginal de esta magnificencia

Si joven corcel de caudaloso trote.
galopa en el abismo de mis refulgentes venas,
rema con el viento,
busca tu destino en el camino de la fría puna,
y serás el más hermoso lago,
el valle más fértil,
el más profundo cañón.

Hoy te saludo, peregrino viajero, joven Cañón,
hondo y rocalloso Cotahuasi,
el más profundo, el más fiero, impenetrable,
Tú que de lo más alto de la tierra bajas rimando,
en conjunción con el caudaloso rió,
de agua limpia y cristalina,
y el salvaje espíritu de circundantes montañas,
inhóspitas quebradas y frígidos nevados en blanca cadena.

En ti madre blanca del profundo cañón, orgullosa Arequipa,
el tiempo en amor profano socava lo más hondo de tu entraña,
con la ternura del caudaloso rió,
 para engendrar dos milenarios ciclópeos,
en el valle del fuego el Colca de los collagua
y en lo más alto del ande, en la mágica provincia
en las tierras de La Unión, en la cuenca del río,
serpentea el más hermoso, el más profundo,
 prístino y salvaje, el majestuoso Cotahuasi
y mas allá dos gigantes dormidos, el Coropuna y el Solimana,
altos vigías del dominio del cóndor.

Este es el pueblo de los aguerridos Waris y Chancas
aquí la autóctona flor se atreve a crecer en la más alta piedra,
aquí, entre la puna y las estrellas
vive el pequeño helecho,
enraizado en verde tristeza,

y el hombre se transforma en inmensa roca,
en profundo rió, en majestuoso cañón.
si, esta es la tierra, este es el río,
este es el dominio del vigilante cóndor.

Si, tú semental andino, obra maestra del rió y el tiempo,
Tu partes el ande en largo silencio,
Como dos mundos de un solo camino,
De un solo corazón, de un solo destino,
Tú bebes el agua en sorbo de lágrimas,
De cada montaña, de cada nevado,
Como perlas blancas que ruedan en llanto de lluvia,
En pequeñas cataratas que ordeñan las rocas,
En venas sangrantes, que escapan de la fría nieve.

Contigo, inquilino eterno de esta majestuosidad,
Conversan a vuelo de montañas blancas,
El cóndor alado y el sigiloso puma,
Aquí, la filosofía de la vida crece perenne,
Aquí nace el orgullo de quienes retan
Tu bravía encrucijada, cual corcel indomable
De violenta danza, de torrentosa lluvia,
Aquí el hombre y el río luchan en andino romance,
Aquí fluye el agua frígida y cristalina,
Tu indomable fuerza, que yaces anhelante,
Entre la piedra y el viento,
Entre el silencio de tan escondida magnificencia,
Donde la vida se detiene como testigo del tiempo,
Donde la mano de Dios abre la tierra
Arando el Ande con el soplo del río.

¡Ho Cañón milenario!, en tu dorso se pasea glorioso,
Como el más gallardo amante el misterioso Cotahuasi,
Hollando tus profundas intimidades,
Con el beso frío y húmedo de su espuma plateada,
Tú eres vida, en ti nace el grito de la silenciosa cumbre,
  En tu cuerpo se pintan contorneantes,
Todas las ilusiones de las montañas vírgenes,
Todos los sueños de las piedras mudas.

Si , gran Cañón, vives en el tiempo en metamorfosis terrenal,
Tu fuiste roca y fuiste tierra y aun eres profundo Cañón,
Y sigues el mismo camino de todos los ciclópeos,
Llegando al futuro en pincel de acero,
En tus venas se entrecruzan como rayos oscuros,
Hojas platinadas que suben y bajan la escala montañosa,
Son los aceros alados que se contornean,
Al compás del viento,
Y eres tu majestuoso Cañón, fiel y eterno,
Testigo del tiempo, el más alto edifico, el mas profundo vigía,
Del pasado y futuro..

Tomado del libro "Canto a Cotahuasi"/Aníbal Elliott

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“DECLARACION DE AMOR EN EL CAÑON DE COTAHUASI”

¡Declaro mi amor eterno,
ante la inmensidad del profundo Cañón,
amor que brota de un corazón que palpita
al compás del canto del caudaloso Cotahuasi,
amor eterno, como ama el río al cañón,
 interminable idilio, sin límite, sin tiempo
son testigos el Sipia, el cielo, el valle, el fiero nevado.

¡Si mítico Quillunza,
grita mi amor más allá de tus dominios
desde la hermosa laguna de Huanzo,
hasta los viñales del valle Chaucallino,
pon en mi pecho la pequeña flor del Quechualla
engalana mi amor con tus más bellos colores,
para jurar amor eterno
en la profundidad de esta magnificencia.

¡Bella, bella, como el agua límpida y cristalina del Sipia,
!Deslumbrante como el torrente de esta catarata¡
!Dulce, dulce, como la miel de la lejana Sayla¡
!Fresca, fresca, como los manantiales alqueños¡
míos son tus ojos de uva Chusacayllina
como estrellas refulgentes del elevado Charcana,
tus labios de airampo, como tunas del frígido Taurìa,
pintan de rojo tus ardientes besos,
tus mejillas de grana, grana roja del Chaucalla
se asemejan a los encantados valles del andino Toro,
tu fresco aroma de lúcuma Tomepampina adormecen mis sentidos,
tu sonrisa en arco iris del cielo Huaynacotas agiganta mis latidos,
tu canto melodioso de cuculí Cotahuasino adormece mi alma,
tus coloridos aretes, nieve del Coropuna son,
en ti se refleja toda la belleza del majestuoso nevado
si mi amor, tu eres el kantu de esta tierra,
flor enraizada en la más alta roca de mi querida Puyca
mi pequeña tuna de Surupampa, mi puquial del Alka Llasa saylino,
de las verdes moyas andinas,
arroyuelo de mis penas en suelo pampamarquino
manantial del frígido nevado,
fruto de este valle, agua de este río, hija del Cañón,
guitarras del Cotahuasi, den los acordes a este poema,
serenatas, pongan melodía a esta canción,
cuculíes de mi tierra, entonen mi declaración de amor.

…………..
Un beso desde el Cañón de Cotahuasi

Tomado del libro "Canto a Cotahuasi"/Aníbal Elliott